Cada vez tengo más un pensamiento cuando me enfrento a la lectura de un texto en Internet. ¿Qué me va a a aportar? Y cada vez pienso con más fuerza que la lectura en Internet tiene que ser discriminatoria. Frente a la navegación por impulso e irreflexiva, muy propia de las últimas horas del día, cuando uno está más cansado, se hace necesaria una navegación con cabeza, centrada en objetivos.
El tiempo es limitado, creo que eso lo tenemos todos claro. Y como tal, debe ser aprovechado al máximo. Si se invierte un tiempo determinado en leer a través de la pantalla del ordenador, este debe estar alineado con nuestros objetivos e intereses al máximo. Para que la lectura de Internet no degenere en el caos, en esa sensación frustrante de leer de manera desestructurada, hay que establecer unas pautas.
- Debe tenerse a mano un listado de favoritos, a poder ser separados por temáticas. A tal efecto son muy útiles servicios como Feedly, que permiten agrupar en carpetas las páginas que más nos interesen y ver las últimas actualizaciones
- Pero más importante que esto es definir bien qué es lo que queremos leer, cuáles son las fuentes que sirven a nuestros objetivos de lectura, las que nos informan adecuadamente sobre aquello que nos interesa.
- Uno debe preguntarse siempre cuando va a entrar en un texto ¿va a serme útil?
- La lectura del titular, un primer vistazo de la longitud del texto y una pequeña lectura en diagonal inicial, ayudan en la elección, quizá la más crítica.