Los marcos conceptuales de “la nueva política”
Decía George Lakoff que hay que salirse de la caja y dejar de pensar en los términos en que lo hace el contrincante político. No hay que pensar como él ni entrar en su marco conceptual (‘frame’). El lingüista estadounidense realizaba esta reflexión en su célebre libro ‘Don’t think of an elephant’ (No pienses en un elefante), en el que recomendaba a los demócratas no someterse al marco en que les encuadraban los republicanos.
Los conservadores habían desarrollado en Estados Unidos durante años un discurso articulado y un lenguaje eficaz. Eficaz porque reconocía el poder de nombrar, que es el de empotrar cada denominación en un marco conceptual que implica valores y sentimientos de los que las audiencias son generalmente inconscientes.
Los movimientos tectónicos que está experimentando la política española en los últimos meses (por el momento en las encuestas) tienen mucho de ‘frames’. “La nueva política” es en sí misma un marco conceptual. Se contrapone y en su definición la lleva implícita, a “la vieja política”, que vendría a ser “la culpable de todos los males”. Nombrar a “la nueva política” es nombrar futuro, cambio, renovación. Y en el lado opuesto está la vieja y casposa política “que nos ha traído hasta aquí, con su corrupción y sus malas artes».